Amor para toda la vida


Un debate milenario. 
Que abre la puerta a una pregunta, en mi opinión, sin respuesta: ¿Existe el amor para toda la vida?

Desde mi punto de vista, no encuentro más que una pregunta mal formulada, que conlleva a charlas eternas sin sentido, que ponen en duda (o no) la veracidad de algo técnicamente incomprobable.

Hay muchas aristas desde donde encarar el debate, pero la verdad es que hoy no me interesa hablar de eso. 

Son las 3AM de un jueves. Estamos en cuarentena por el coronavirus, y algo que leí (muy interesante), me trajo de nuevo a mi blog olvidado. Pero más interesante aún, es lo que descubrí. 

A mis 13 años de edad, experimenté la sensación de estar enamorada por primera vez. También fue la primera en la que me rompieron el corazón, dejando atrás una niña llena de dolor y lágrimas. (Mal)aprendí, desde ese entonces, a interpretar esa sensación de "mariposas en la panza" como una alerta y anticipo de un final inevitable y  amargo. Lo titulé en repetidas oportunidades: "Esto tiene fecha de vencimiento". 

La traducción en las posteriores relaciones se volvió literal, y viví los inicios de cada una de ellas, como un paseo breve que pronto iba a terminar, dejando un vacío. Pero en algunas oportunidades, las mariposas le ganaron a mi memoria, y volví a confiar en ellas. Me prometieron (hasta convencerme) que aquello que sentía, era REAL e INFINITO. 

Al día de hoy, releo entradas de diferentes momentos de mi vida amorosa en mi blog y entiendo lo siguiente:
- Experimentar un corazón roto podrá desalentarte pero nunca inhibirte del todo ante futuros amores. Conclusión #1: No importa cuánta desesperanza haya habitado en tu corazón, El amor... como diría la canción... es más fuerte

- Me enamoré y desenamoré innumerables veces como si fuera "the real deal".
Conclusión #2: Cada amor es único e irrepetible, así se siente y así debería vivirse. 

- No puedo catalogar al amor que siento hoy, como una promesa de amor eterno. Ya sabemos que aunque algo se sienta eterno, no cumple necesariamente la condición de tal. 
Conclusión #3: Las relaciones no deberían teñirse de falsas promesas que no podemos garantizar, ni tampoco condenarnos a una vida de culpa o sometimiento por lo que sentimos alguna vez, pero dejamos de sentir. 

Re-signifiquemos el concepto de "amor para toda la vida" y formulemos bien la pregunta esta vez, con el fin de construir una vida de a dos feliz, pero día a día... 

Yo pienso que no se trata de si es para toda la vida o no... sino de si es verdadero y genuino... se trata de preguntarnos, cada día, si es un amor al que seguimos eligiendo.  

Hoy, te elijo a vos, para compartir mis ideas, mi vida, mis sueños y mi amor.
Mañana... mañana tendré una vez más, la oportunidad para renovar esa promesa, ahora convertida en una elección.

Viva el amor libre de etiquetas, plazos y contratos. Viva la libertad de poder elegir con quien compartimos cada día de nuestras vidas.
 


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